Informes internacionlaes de La Coalición
Incontro di studio
Julius Evola
Fra tradizione e modernità
(Julius Evola: Entre tradición y modernidad)
Milán
CITTÀ DI GARBAGNATE MILANESE
Assessorato alle Politiche Culturali
Junio 2009
Desde horas 10,00
Biblioteca Comunale
Corte Valenti
Sala Congressi
Presidencia:
Gianfranco de Turris
(Periodista Rai, Presidente de la Fundación Evola (Fondazione J. Evola)
Attualità di J. Evola
Hora 10,00
Saluto Autorità
Hora 10,30
Profesor Gian Franco Lami
(Università "La Sapienza" Roma)
Evola y el Cristianismo
Hora 11,00
Prof. Davide Bigalli
(Università degli Studi di Milano)
Evola ghibellino
Hora 11,30
Dr. Michele Ranzani
(saggista, Università degli Studi di Milano)
Evola artista: La tradición como vanguardia
Hora 12,00
profersor Franco Cardini
(Università degli Studi di Firenze)
Evola y la tradición del Grial
Hora 12,30
Debate final con el público
jueves, 11 de junio de 2009
Julius Evola entre Tradición y Modernidad
Publicado por Víctor Samuel Rivera en 9:30
Etiquetas: Davide Bigalli, Fondazione Julius Evola, Franco Cardini, Gianfranco de Turris, Gustavo faverón, Michele Ranzati
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15 comentarios:
Hola:
Una pregunta Vosotros, Maestros. (algo fuera del tema, pero necesito respuestas)
¿Qué diferencia hay entre "CIencia Política" y "Filosofía Política?
¿Y qué lecturas serían las indicadas para iniciarse en la Ciencia Polìtica?
Hola:
No estaría mal que colgaran un texto de Evola. Para saber que dice exactamente.
El libro de Leo Strauss: "¿Que es filosofia politica", hace buenas distinciones entre los terminos filosofia politica, ciencia politica, pensamiento politico y teoria politica. Te sugeriría que lo revises.
Atte
Gracias don Uriel, trataré de encontrar el libro.
¿Alguna otra sugerencia?
Hola.
Respecto de "ciencia política" y "filosofía política".
En efecto, como menciona Uriel, la distinción se halla en el ensayo de Strauss que se ha aludido, Guadarrama, 1970, pp. 12-73. En UNMSM tiene copia de ese texto el profesor Miguel Polo Santillán.
En resumen, Strauss considera filosofía política al pensamiento del mejor régimen político sobre la consideración de la esencia humana, a diferencia de la ciencia política. Ésta última no haría preguntas sobre el régimen, sino que partiría de ciertos presupuestos aceptados "por consenso" (o sea, irreflexivamente) sobre el régimen bueno (que sería siempre el propio régimen o, agrego, una ideología).
Un abrazo.
VSR
Estimado Uriel;
Voy a colgar textos de Evola esta misma mañana. Van a aparecer en la barra derecha, en su retrato.
VSR
Estimado Eduardo, miembro de La Coalición:
Proclama al gran metapolítico.
Los perros siguen ladrando. Todo está yendo muy bien.
Eres uno de los mejores académicos que tenemos en nuestro país. Tus artículos son leídos en muchas ciudades. No te preocupes ni te gastes por un académico de medio pelo como Faverón. Al pobre lo comentan puros anónimos huelepedos. Su séquito es de lo más asqueroso en el pensar. Tú eres una gran persona. Los malvados siempre desean destruir a los sabios, perfectos, santos y buenos. Miremos a los santos, mártires y a nuestro mismo Señor Jesucristo.
Saludos,
Ricardo.
Hi, soy Karina de nuevo.
Hola quieridos profesores (¿debo decir doctores?) coaligados. He leído con permiso de mi mamá un blog de unos liberales y ahí he recogido este domentario de un señor Salas, que me parece wovvv un genio!!!: "¿Qué pasaría si los coaligados triunfan o prevalecen (aunque veo difícil que ocurra)? Pues simplemente la realidad se haría irreconocible".
Ustedes de La Coalición, qué le dirían a una niñlita como yo, provinciana, ¿por qué les da miedo La Coalición a los señores liberales?
Gracias a ustedes, ahora tengo material de estudios y fichas para mi curso de secundaria.
Besos.
Karina :))))
Daniel (1 de 3),
Pensé que había aclarado que aquí nadie se autodenomina “metapolítico” y que quienes han utilizado el término para describir a un grupo de personas son las mismas que están empeñadas en la caza de brujas. Esta gente no te ha tratado de demostrar nada porque en general ustedes han estado discutiendo con fantasmas. La persona que comenzaron atacando hace tiempo se cansó de responder groserías y cuestionamientos y le encuentro la razón. Si respondía, les parecía insuficiente. Si no lo hacía a la brevedad (porque en definitiva no todos podemos dedicarnos a ésto a tiempo completo) era prueba que no le quedaban argumentos.
Yo intervine un par de veces pero me aburrí de discutir con una persona que me pareció empeñada en ataques infantiles y “ganar” un debate en base al volumen de comentarios y en un clima de gritos e insultos, que es como siempre terminan los temas más polémicos en su blog (y ciertamente, no todos los insultos corren por su cuenta. Hay muchos anónimos que recurren a argumentos callejeros y en este debate no han faltado). Otra persona con la que discutí no supo responder a mis refutaciones y finalmente se escudó en la excusa de que no podía debatir con un “anónimo”, pese a que no he sido yo quien ha fomentado este clima de persecución personal y que de todas formas no conoce a ninguna de las personas cuyas ideas ataca. Tendría que ser muy masoquista para darle mi información personal a gente que no tiene escrúpulo alguno para atacar de la forma más viciosa, lo que no solamente afecta a una persona sino a su familia. Más aún, dado que en el mundo “real” trabajo ayudando a gente en causas políticas que, no me cabe duda, mis contradictores apoyarían sin reservas, no quiero ver mi nombre asociado mañosamente a genocidios, dictaduras y demases. Sólo me causaría problemas y pese a que no tengo nada que ocultar, nadie quiere que su nombre aparezca en Google al lado de insultos y ataques de gente empecinada en el desprestigio personal.
Pese a que lo recalcas con mayúsculas, ni tú ni Faverón han criticado a Eduardo Hernando “en sus propias palabras”. Es más, la única persona que colgó un análisis de Pensando Peligrosamente es el administrador de este blog quien, pese a todos sus desacuerdos, al menos ha facilitado un debate en un clima ajeno a los golpes bajos y a calificar a la gente de “imbécil” y sus argumentos de “pachotadas”. Lo que sí ha hecho Faverón es buscar citas de algunos de los autores que cita Hernando y luego criticarlo en base a ellas. Un ejemplo de su metodología es el de descalificar un pasaje en que Spengler habla sobre la “raza”, pese a que cualquiera que esté familiarizado con el autor sabe que no creía en la supremacía racial (por lo demás, su principal fuente de desacuerdo con los nazis) y que, como muchas otras personas en esa época (incluyendo Latinoamérica, donde se hablaba de la raza peruana, uruguaya, chilena, etc) utilizaba el término como sinónimo de “pueblo”, totalmente ajeno a nociones de pureza biológica y la connotación negativa que se consolidó tras la Segunda Guerra Mundial.
Daniel (3 de 3),
Respecto de la censura académica, me parece que iniciaste el debate hablando de la necesidad de remover a los “enemigos de la universidad” de las aulas. Eso a mí me parece un llamado inequívoco. Ahora dices que quieres a los mejores en la universidad y que ese es el fundamento de tus ataques, pero eso es cuestionable. Cuando Hernando publicó la lista de lecturas que da a sus alumnos yo no vi a Evola ni a Hitler. Por otro lado, tengo entendido que como profesor goza de muy buena reputación entre el alumnado, ¿o me equivoco? Si además de ello lee y publica libros que a ti te disgustan, eso es cuento aparte. A mí me queda claro que tu ataque se inspira solamente en reprocharle que piense de forma distinta a ti. Es más, cuando publicó esa lista, la única crítica que se le hizo vino de Faverón, que le enrostró no saber la diferencia entre un syllabus y un listado, comentario tan ridículo como poco atingente.
¿Criticas con la misma vehemencia y constancia a otros profesores por sus ideas izquierdistas y, siguiendo tu lógica catastrofista, por el potencial que tienen de terminar en un nuevo genocidio como los Gulags? Después de todo, la otra excusa que siempre usan para censurar ideas es que si no las detienen a tiempo puede ser demasiado tarde, sin matizar el abismo de diferencia que yace entre la publicación o la lectura de un libro y el genocidio. Por último, y como ya he dicho antes, ni las ideas de la revolución conservadora ni las de la Nueva Derecha francesa han sido llevadas a la práctica jamás, así que gran parte de ésto es una elucubración mañosa. De hecho, muchos de los autores mencionados fueron víctimas del régimen nazi. Por ejemplo: Niekisch a quien Faverón situó junto a los nazis pese a que pasó años en un campo de concentración; o Spann, purgado de la universidad por los nazis y a quien Faverón no pudo citar porque apenas un libro suyo ha sido traducido al inglés. En vez de criticarlo por sus ideas, Gustavo colocó las palabras de otra persona parafraseando a Spann. Personalmente, a mí lo que me interesa de Spann no es su antisemitismo sino su corporativismo, sistema con el que alguna vez simpatizara la Iglesia, sin que ello le valiera ser antisemita. Me parece curioso que ahora los que llaman a purgar a gente de la universidad tal como se hizo con Spann lo hagan a nombre de la tolerancia.
Por último, no puedo dejar pasar aquel comentario acerca de cómo “los malos ganan cuando los buenos no hacen nada”. Esa es la raíz del problema. Yo esto lo veo como una diferencia de ideas y no me sitúo ni más arriba ni más abajo moralmente de personas que no conozco. El que ve el mundo en términos de buenos y malos (¿acaso Faverón no se burló de esa visión de mundo al estilo Saurón vesus los Hobbits?) limita el debate – y la libertad propia de la academia – a una persecución inquisitorial, Index incluido. Los ejemplos de Edith Stein y Sophie Scholl responden a un humor de pésimo gusto, aprovechándose de sus memorias para sumar puntos en una discusión. Yo podría hacer lo mismo con los millones que perecieron en los Gulags o, por citar algo más relevante, con los centenares de personas que languidecen hoy en cárceles de Europa simplemente por publicar un libro como el de Hernando y son víctimas de leyes hechas por gente que piensa como tú. No lo hago porque en definitiva sí creo en la libertad de expresión y una de sus variantes, la libertad de cátedra.
Daniel (3 de 3),
Respecto de la censura académica, me parece que iniciaste el debate hablando de la necesidad de remover a los “enemigos de la universidad” de las aulas. Eso a mí me parece un llamado inequívoco. Ahora dices que quieres a los mejores en la universidad y que ese es el fundamento de tus ataques, pero eso es cuestionable. Cuando Hernando publicó la lista de lecturas que da a sus alumnos yo no vi a Evola ni a Hitler. Por otro lado, tengo entendido que como profesor goza de muy buena reputación entre el alumnado, ¿o me equivoco? Si además de ello lee y publica libros que a ti te disgustan, eso es cuento aparte. A mí me queda claro que tu ataque se inspira solamente en reprocharle que piense de forma distinta a ti. Es más, cuando publicó esa lista, la única crítica que se le hizo vino de Faverón, que le enrostró no saber la diferencia entre un syllabus y un listado, comentario tan ridículo como poco atingente.
¿Criticas con la misma vehemencia y constancia a otros profesores por sus ideas izquierdistas y, siguiendo tu lógica catastrofista, por el potencial que tienen de terminar en un nuevo genocidio como los Gulags? Después de todo, la otra excusa que siempre usan para censurar ideas es que si no las detienen a tiempo puede ser demasiado tarde, sin matizar el abismo de diferencia que yace entre la publicación o la lectura de un libro y el genocidio. Por último, y como ya he dicho antes, ni las ideas de la revolución conservadora ni las de la Nueva Derecha francesa han sido llevadas a la práctica jamás, así que gran parte de ésto es una elucubración mañosa. De hecho, muchos de los autores mencionados fueron víctimas del régimen nazi. Por ejemplo: Niekisch a quien Faverón situó junto a los nazis pese a que pasó años en un campo de concentración; o Spann, purgado de la universidad por los nazis y a quien Faverón no pudo citar porque apenas un libro suyo ha sido traducido al inglés. En vez de criticarlo por sus ideas, Gustavo colocó las palabras de otra persona parafraseando a Spann. Personalmente, a mí lo que me interesa de Spann no es su antisemitismo sino su corporativismo, sistema con el que alguna vez simpatizara la Iglesia, sin que ello le valiera ser antisemita. Me parece curioso que ahora los que llaman a purgar a gente de la universidad tal como se hizo con Spann lo hagan a nombre de la tolerancia.
Por último, no puedo dejar pasar aquel comentario acerca de cómo “los malos ganan cuando los buenos no hacen nada”. Esa es la raíz del problema. Yo esto lo veo como una diferencia de ideas y no me sitúo ni más arriba ni más abajo moralmente de personas que no conozco. El que ve el mundo en términos de buenos y malos (¿acaso Faverón no se burló de esa visión de mundo al estilo Saurón vesus los Hobbits?) limita el debate – y la libertad propia de la academia – a una persecución inquisitorial, Index incluido. Los ejemplos de Edith Stein y Sophie Scholl responden a un humor de pésimo gusto, aprovechándose de sus memorias para sumar puntos en una discusión. Yo podría hacer lo mismo con los millones que perecieron en los Gulags o, por citar algo más relevante, con los centenares de personas que languidecen hoy en cárceles de Europa simplemente por publicar un libro como el de Hernando y son víctimas de leyes hechas por gente que piensa como tú. No lo hago porque en definitiva sí creo en la libertad de expresión y una de sus variantes, la libertad de cátedra.
Estimada Karina:
¿Ya te hiciste tu test de IQ?
Bueno, ese Salas es muy bueno escribiendo.
No somos doctores, sólo Eduardo Hernando Nieto lo es. Imagínate que hay algunos filósofos que se ponen en sus sitios y artículos Dr. cuando no lo son. Algunos son licenciados y se ponen Dr. Son de lo peor. Acá somos legales.
No sé porque tendrán miedo. Algo verán. Yo no entiendo, si están tan seguros de que están ganando y son lo máximo, ¿porqué pierden su tiempo con nosotros? Los liberales, o estos al menos, sólo quieren que piensen como ellos. Pero mejor busca artículos de personas como Miguel Giusti, él es una persona muy respetable.
Saludos,
Ricardo.
Estimada Karina;
Ya te has convertido en la mascota insignia de La Coalición. En el Régimen Antiguos los filósofos reyes te nombraríamos baronesa.
Y me encanta la sencillez y la pureza de tu pregunta: ¿Qué temen los liberales de un blog de unos cuantos profesores universitarios y unos alumnos colaboradores? Muy buena pregunta.
Te dejo esta tarea, Karinita: Temen al Evento apropiador. ¿No sabes qué es eso? Temen la llegada del Emperador, Karinita. Temen la realidad que adviene y, como no pueden elaborar su terror con argumentos, lo transfieren en agravios personales y difamaciones.
Te dejo Karina, en la candidez de tu adolescencia.
¡Una niña buena no lee blogs liberales!
Un besito.
VSR
Queridos Víctor:
Acabo de leer tu último comentario: tu respuesta es buena, pero creo que esta Karina tiene 16 años como yo; para mí, ella (o él) es un individuo que toma el pelo a los miembros de "La Coalición".
Sludos.
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