EL NACIMIENTO DE LA TECNO-BIO-POLÍTICA:
Libertad, control y resistencia en las
sociedades tecno-escriturales (II-1)
Jimmy Hernández Marcelo
Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima
La aparición de la sociedad
tecno-escritural: la profecía derridiana
La
reflexión sobre la mano, tanto física como metafísica, tienegran importancia en
el desarrollo y progreso de la sociedad occidental. Dos eventos se manifiestan
como los más subjetivos que un individuo pueda vivenciar: la firma y la muerte.
Veremos en qué medida éstas se relacionan con la escritura, con la mano y con
la tragedia humana.La firma es el sello propio, irremplazable y personal, es un
evento que disloca el despliegue histórico del acontecer temporal; dejar una
escritura es romper con el libre decurso del tiempo, es poder quedarse allí
para siempre; y al mismo tiempo, estar disponible siempre para cualquiera. La
marca, la huella, la traza es la condición de cualquier condición. Sin ella no
habría posibilidad alguna. Toda firma implica identidad, origen, unicidad,
presencia y código.
La
vida del artesano anterior a la revolución industrial estaba llena de esta
gráfica. Para él no era extraño reconocer su propia obra, y reconocerse él
mismo en su obra, pues se había pro-gramado como su firma, su sello. En cada
trabajo dejaba algo suyo y se sabía dichoso por ser parte de la historia
configurándose a través de sus manos.Sus manos le habían hecho libre, y libre
era también su obra.
Es
cierto que había una técnica a seguir, pero el seguir mismo era libre. Su
libertad era creación, fecundidad. Sus manos le hacían ser quien era, le daban
identidad, oficio y misión.La llegada de la revolución industrial necesitó esos
brazos de obreros libres para poder desarrollarse, surge entonces la expresión
“mano de obra”. Sin embargo, la mano no es la que es liberada. El nacimiento de
la máquina significó la esterilidad de la mano. Y de este modo, la máquina
triunfó sobre la mano y, con ella, la ruina del artesano y de la producción
manual. Ya no hay fecundidad de la mano, en la producción a gran escala la mano
no imprime su sello, su firma. La revolución industrial terminó por convertir a
los obreros en simples máquinas y les privó del último resto de actividad
independiente. No es arbitrario que el símbolo de la esclavitud sean las manos
encadenadas, porque esclavizar es atar las manos, y a la vez, dejarlas morir,
quitarle su fecundidad, su poder de creación. El morir de las manos es también
la muerte del hombre.
Se
podría pensar que lo que se silenció fue la voz, en mi parecer lo que se trató
de eliminar fue la fecundidad de la mano. La falta de libertad no es no poder
hablar ni mucho menos pensar; es no poder firmar, personalizar las cosas.Sólo
en esta lógica se entiende por qué en épocas de censura, los pensadores trasgresores
escriban con pseudónimos, pues lo que no pueden decir es el nombre propio a
través de su firma. La lucha por la liberación del control es precisamente la
lucha por la libertad de ser persona a través de un signo personal. La performatividad
identitaria se ha manifestado a través de sistemas de lectura y escritura. Ser
es escribir, ser alguien es escribir algo. Y no nos estamos refiriendo a la
escritura alfabética o fonológica, la mención al artesano como escritor-creador
debe dejar clara la idea de escritura.
A
través de la mano (mano de obra) se esterilizó la propia mano, de modo que en
aras del desarrollo y progreso la individualidad se vio destinada a no imprimir
más su firma. La mano se había convertido en la herramienta de enajenación y
represión, y por ella nos vimosconvertidos en súbditos de la industria y la
sociedad industrializada.
En
el año 1967 apareció la publicación de un texto fuera de contexto y hasta
contradictorio, en apariencia, con la idea del progreso de Occidente. El autor,
un filósofo argelino llamado Jacques Derrida; la obra, “De la gramatología”.
Esta obra presenta una reflexión en torno a la escritura en un sentido no antes
visto. En ella, la escritura se presenta como la inscripción de la
individualidad en la historia, desde donde la misma historia adquiere sentido.
Uno de sus encabezados nos llama grandemente la atención: “El fin del libro y
el nacimiento de la escritura”. ¿Cómo puede el libro morir y seguir viva la
escritura?¿A qué libro y a qué escritura se refiere? Precisamente es la
escritura en sus múltiples formas de manifestación. El libro hace referencia a
esta concepción logocentrista (como él llama) de la tradición metafísica que
considera a la escritura como lo otro, lo ajeno, lo maligno o lo alejado de la
verdad.
Derrida
afirma, proféticamente, que el futuro de la humanidad será escritural y no
fonológico. La escritura tendrá un auge nunca antes visto y para ella se
prepara esta ciencia de la archi-escritura llamada gramatología, es la ciencia
de un por-venir, de un todavía-no, de una espera. Su llegada marcará, del mismo
modo, la entrada en vigor de la diferencia y de la alteridad como proyecto
ético. La primacía de lo ético sobre lo ontológico. Porque la diferencia, como
en el francés, sólo se hace notar en la escritura, cada uno es diferencia al momento
de escribir, en papel, en la historia o en el propio cuerpo. La relación entre
los otros se da a través de actos de inscripcionalización o de trazamiento. No
sólo las diferencias, sino también las similitudes se expresan a través de
escritura, como cuandoqueremos obtener el grado de parentesco o queremos
reconocer un cadáver utilizamos un sistema de lectura de ADN.
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