El Nihilismo (parte I)
Resumen del libro de Franco Volpi para uso de estudiantes de filosofía
Franco Volpi: El Nihilismo, Biblos [Trad. Cristina I. del Rosso y Alejandro G. Vigo], Buenos Aires 2005.
Alejandro Molina
Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima
Capítulo I
“Itinerarium mentis in nihilum”
Hacia una historia del concepto y del problema
“Itinerarium mentis in nihilum”
Hacia una historia del concepto y del problema
El nihilismo
aparece entre el 700 y el 800 como fruto de las controversias que dieron origen
al idealismo alemán, pero sólo es hacia la segunda mitad del s. XIX donde este
llega a ser motivo de discusión filosófica.
El nihilismo se expresa rápidamente de diferentes maneras: la
literatura, la música, la pintura, la poesía y la narrativa, y fundamentalmente
se dirige a comunicar la experiencia de lo negativo, y asumir sus
consecuencias. Nietzsche define al nihilismo:
«falta el fin, falta la respuesta al “¿para qué?”, ¿qué significa nihilismo?
Que los valores supremos se desvalorizaron». Por todo esto, el nihilismo será la
desorientación que produce el fracaso de las referencias tradicionales; de los
valores o ideas que representaban la respuesta al “¿Para qué?”.
Capítulo
II
Tugeniev y su presunta paternidad
Tugeniev y su presunta paternidad
Turgeniev afirma haber acuñado el término nihilismo, al referirse a un personaje de una
novela suya como “nihilista” debido a su negación de los valores y del orden
social. Dicho personaje, Yevgeny
Bazarov, relata cómo no es sólo destruir lo viejo, sino ser un “nuevo héroe”,
negando y pisoteando los valores y creencias tradicionales, sin preocuparse por
la destrucción y el vacío que esto deje.
Dice Bazarov: « El nihilista es un hombre que no
se inclina ante ninguna autoridad, que no da fe a ningún principio, cualquiera
sea el respeto de que tal principio esté rodeado». Esto refleja bien el espíritu de la sociedad
rusa de ese momento, y el sentimiento que ya se percibía en toda Europa.
Capítulo
III
Nihilismo, romanticismo, idealismo
El término
aparece en el Gualterio de Hugo de San Víctor, en el cual se utiliza la palabra
‘nihilismo’ para denominar a los herejes que creían que la humanidad de Cristo
era sólo un accidente. Este es el
‘nihilismo’ de Pedro Lombardo, que ocasionó la condena del Papa Alejandro III
en el año de 1177. La forma “nihilismus”
aparece por primera vez en 1733 en el título del tratado de Fridrich Lebrecht
Goetz “De nonismo et nihilismo in
theologia”, en el cual se define nihilismo como la convicción de que todo
es nada.
Este concepto ha
venido evolucionando hasta nuestros tiempos modernos, en los cuales el hombre
cree que ya no puede habitar en el “cosmos” antiguo y medieval, y busca desarraigarse
de esa infinitud que lo inquieta. El
hombre buscará entonces proyectar su ser hacia lo desconocido, en lo que cree
que todo le está permitido… En el s. XVII
vimos nacer al idealismo, al cual se oponían el realismo y el dogmatismo, y
donde el término “nihilismo” se empleaba para caracterizar la operación
filosófica mediante la cual el idealismo intenta “anular” en la reflexión el
objeto del sentido común, con el fin de mostrar cómo él, en verdad, no es otra
cosa que el producto de una actividad invisible e inadvertida del sujeto.
Nihilismo
significará entonces la destrucción filosófica de todo presupuesto, así como la
destrucción también de las evidencias y certezas del sentido común como parte
de la especulación idealista. A los
románticos se les designa como los “nihilistas poéticos”, puesto que ven sólo
el arte y no la naturaleza, están embriagados en las experiencias de su ‘yo’.
Autores como
Schelling o Hegel hacen también uso de este término para reivindicar la
necesidad del nihilismo trascendental como procedimiento metódico de la
filosofía. Hegel, por su parte, critica
un poco esta visión, y propone un nihilismo que lleve a la “muerte de Dios”, al
“ateísmo”, buscando que así ya no haya ningún impedimento para que el espíritu
se pueda considerar libre.
El nihilista
aparece pues aquí como el “librepensador” que derrumba todo presupuesto, todo
prejuicio, toda condición ya dada. Es
también quien demuele todo valor tradicional y que parece encaminarse hacia la
más completa anarquía.
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