La Zeitgeist
de la cultura dominante: la crítica de MacIntyre al emotivismo (I Parte)
Eder
Carhuancho
Facultad
de Teología Pontificia y Civil de Lima
Desde
la época ilustrada la palabra 'cultura' ha sido asociada, directamente,
a la idea de civilización y progreso, aludiendo a la etimología del término (cultus = cultivo). Esta época marcó toda
una revolución en la manera de pensar de los hombres. Delimitó, entre otras
cosas, la idea de providencia divina. Inmanuel Kant definió esta postura al aclarar que la idea de
providencia propiamente válida es la providencia de la razón ilustrada pues la
razón humana está pensada históricamente y, por ende, tiene un destino singular.
Para el filósofo alemán criticar significa establecer ciertos límites, de
hecho identifica crítica con Ilustración.
Todo lo que se desprenda, a partir de aquí, constituye el proyecto iluminista.
Así la ilustración representa el espíritu de una época.
El
perfil de una época viene señalado por determinadas manifestaciones culturales,
políticas, artísticas y religiosas que suceden en una estructura social. Hay
que detallar que todo periodo histórico nos deja un patrimonio que podemos
utilizar o desaprovechar mas no olvidar pues es, intrínsecamente, necesario
para comprender nuestro éxito o ruina. Así estamos sometidos continuamente a la
dialéctica histórica del Aufhebung para
alcanzar el espíritu del tiempo en su
devenir ininterrumpido. La superación implica la praxis social, no podemos
satisfacernos, eternamente, en nuestro anterior modo de vida. Sin embargo la
síntesis (último momento de la dialéctica) siempre desarrolla lo que está
contenido en los dos momentos precedentes (tesis-antítesis) de tal forma que
nuestro desarrollo no conlleva al desconocimiento de lo anterior.
Actualmente
estamos siendo testigos del paso de la modernidad, cuyo rastro en torno a la
ética ha dejado cuestiones, cada vez, más aporéticas. Según Marx nuestras ideas
y actitudes morales están determinadas por la clase social en la que vivimos.
Yo diría con más cautela, clase de sociedad, pues enmarca, sin ningún sesgo, la
práctica ética colectiva. Hablar de ética es hablar de la naturaleza del hombre
pues hacemos juicios de valor acerca de las acciones humanas y por lo tanto, sugerimos
una teoría que nos lleve a realizar un modo de vida. El meollo del problema
estriba en que el particular modo de vida ético que elijamos, se gesta en un
tejido social yuna cultura específica, que llamaremos dominante.
En
Tras la virtud, MacIntyre analiza la cultura
en la modernidad a la vez que critica el proyecto ilustrado, acusando al
emotivismo de haber destruido el lenguaje moral. El proyecto de la ilustración,
se ha desarrollado y ha alcanzado su plenitud en una sociedad en la cual está
vigente “la verdad del emotivismo” por eso tiene sentido que nuestra época se
llame "posmoderna", porque la modernidad ya se ha cumplido (el emotivismo es una
de las consecuencias del mundo moderno).
La
modernidad ha revolucionado la sociedad y, en el sentido kuhniano, ha cambiado
de paradigma gracias a los distintos fenómenos sociales de las últimas tres
centurias. Este cambio de paradigma se realiza gracias a una crisis epistemológica,
a un rompimiento con el pasado y sus códigos. Si bien es cierto una revolución
se desarrolla por el cansancio del espíritu de un pueblo, nunca se debe perder
el horizonte de la revolución y mucho menos olvidar los motivos que originaron
el levantamiento. Kuhn afirma que los lenguajes cambian con el tiempo, estos lenguajes tienen sus propios códigos
culturales; el mayor problema es que estos códigos se pierdan. MacIntyre
explica esto mediante una figura apocalíptica: El
filósofo escocés imagina una postsociedad catastrófica donde las personas han
olvidado el origen y el significado de
las palabras de índole científica, echándole la culpa de la catástrofe,
justamente, a los hombres de ciencia. Sin embargo han conservado de forma
parcial rótulos, teorías, fragmentos de textos que los ilustrados utilizan como
subsidio para reconstruir el saber. Sin embargo la falta de contexto y el
olvido de la fuente, muy pronto hacen que se generen disputas por la atribución
del conocimiento. Evidentemente nadie comprende
lo que está haciendo o diciendo.
MacIntyre
explica que lo mismo ha sucedido en el
plano de la moral; la modernidad nos ha dejado meros fragmentos de un esquema
conceptual, partes a las que ahora faltan los contextos de los que derivaba su
significado. Poseemos simulacros de moral, continuamos usando muchas de las
expresiones de antaño, pero hemos perdido, en parte, la comprensión, teórica y práctica,
de la moral.Categóricamentedirá (aludiendo a sus pretensiones filosóficas) que vivimos
de las rentas del aristotelismo, pero sin su inspiración fundamental.
1 comentarios:
http://www.youtube.com/watch?v=FRrZf6g1OJQ&feature=share
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