Qaddafi, Turquía y el destino de Medio Oriente
Sayfulfikr
Muchos en los círculos académicos, o incluso dentro del mundo islámico, pueden asombrarse de las graves palabras de un personaje prominente como Maulana Shaykh Nazim, uno de los líderes religiosos sunnis de mayor relevancia contemporánea, cuando comenta, a propósito de las revueltas árabes contemporáneas, acerca de un gran cambio insperado que se avecina, distinto por cierto a las expectativas que desde Occidente la ONU o la Casa Blanca podrían estar albergando.
Resulta evidente que las multitudes están agitando desordenadamente sus pasiones -además, en cualquier sentido, menos en el de regresar a las Leyes o el Nomos Islámico- movidos por la ideología anti-islámica de la democracia. Y azuzados por actores externos, también, sumamente interesados en las ganancias que pueden realizar ‘a río revuelto’. Hasta aquí, todo iría ‘viento en poca’ para el liberalismo decididamente anti-tradicional. Pero lo que hay, al fondo de ello, es una profunda insatisfacción con el status quo.Y entendámonos: el status quo político, social y económico de los países de Medio Oriente, por mucho que se haya oído lo contrario, NO ES ISLÁMICO sino, por el contrario, marcadamente ajeno al Islam. Desde la pérdida del Califato Islámico, esto es, el Califato Otomano, la división ocurrida en la Ummah del Islam en decenas de países estado y en nacionalismos divisionistas, la pérdida de todo poder conjunto en el escenario internacional, la generación de una Torre de Babel ensangrentada y míseramente corroida, las luchas intestinas religiosas y las incursiones erosionantes marcadamente anti-islámicas del secularismo y el relativismo narcicista del hombre ‘moderno’, allí donde antes hubo un Nomos Islámico Pluricultural, si algo dejan ver, es precisamente la historia de una traición a la identidad y el Camino propios, la historia de un profundo error, cuyas sangrientas consecuencias han explotado en la escena contemporánea.
La insatisfacción en Medio Oriente se produce en momentos en que hay muestras cada vez más claras de islamofobia grotesca en el Occidente (como la quema del Sagrado Corán, las caricaturas nefastas contra el Bendito Profeta Muhammad -la bendición y la paz de Dios sean sobre él-, la prohibición del velo en los lugares públicos, la prohibición de construcción de mezquita con minaretes, etc.).
La insatisfacción que explota hoy en Medio Oriente, y que reclama por lo pronto como soluciones políticas fórmulas surgidas en la historia política no islámica del Occidente, no puede dejar de advertir, por cierto -como muestra el antiamericanismo o el antisionismo tan extendido en tales tierras- las realidades de grotestos actos de interferencia colonialista en los asuntos de los musulmanes, tales como las guerras norteamericanas y europeas conducidas por la ambición del petróleo, la hipocresía de Occidente cuando se trata de la posesión de armas nucleares por Israel, o la condición de ‘títeres’ que tienen los tiranos de turno de Medio Oriente.
Esta insatisfacción en Medio Oriente, asimismo, aunque hoy reclame -por la fuerza del indoctrinamiento foráneo recibido durante décadas- soluciones reprobables para el Nomos Islámico, tales como las fórmulas relativistas y nihilistas de las elecciones democráticas, no puede dejar de advertir el carácter profundamente débil y altamente riesgoso de los cimientos del poderío foráneo que las poblaciones árabes admiran y a la vez rechazan: nos referimos a la debilidad radical de una economía del dinero inexistente -el dinero fiat, electrónico, en lugar del dinero de valor real, oro y plata, conforme a la Legislación Económica del Islam- que sirve como plataforma general de las ‘luces’ del mundo alterno, el primer mundo.
Es muy conocido que en las tierras islámicas hay una mirada hipnotizada que se dirige hacia países como Estados Unidos o Europa, pero también es patentemente claro el sentimiento de que -como ocurre con la súplica de Turquía respecto a su nunca concedido ingreso a la Unión Europea- el mundo islámico recibe un tratamiento o bien paternalista en el mejor de los casos, o bien hipócrita, interesado y, cuando se necesita, cruel y bélico por parte de los círculos de poder de la economía y de los países a quienes en principio se admira.
Lo que dejamos anotado aquí, como preludio, son estas dos almas. Dos sensaciones. Dos fuerzas distintas. Y una insatisfacción árabe, no obstante, radical y común contra el status quo … por parte de poblaciones que por generaciones han vivido en el Islam tiempos e inclusive glorias mejores.
¿Estamos a las puertas de un gran cambio?
Nadie menos que Maulana Shaykh Nazim, descendiente de sangre del Profeta del Islam -saaws-, heredero del legado prolífico otomano, gnóstico de un calibre singular, conocido de hecho como el Qutb al Islam o el Polo Espiritual del Islam de esta época, nos indica precisamente la inminencia de un enorme cambio. Su fuente: no pertenece ciertamente a los libros, o las noticias, o las universidades. El Qutb del Islam navega en un océano de intelecciones de orden enteramente distinto, tras la conquista de la cima de la servidumbre del alma rendida a su Señor.
* * *
“Tayeb (el Primer Ministro Turco) está controlado por el ejército. El ejército le dice que no interfiera en Libia. No es por asuntos de negocios que él no quiere interferir. Es un asunto delicado que nadie conoce.
Si él ayudara a los rebeldes libios a ganar, ellos querrían traer de nuevo al rey (de Libia). Esto establecería un mal ejemplo para los turcos porque los turcos tampoco están contentos con la situación en Turquía. La mayoría querría tener de nuevo un rey en su país. Por esta razón, el ejército no apoya la revolución en Libia. Nadie sabe esto. Nadie lo sabe. Éste es el secreto. De otro modo, los turcos acabarían en un solo día con esto (la tiranía de Qaddafi). Él (Tayeb) podría enviar el ejército con aviones. ¿Dónde está Qaddafi? ¿Acaso él tiene algo más poderoso? Pero esto es algo muy importante, porque cuando Qaddafi se vaya, vendrá un rey y esto establecerá el ejemplo ideal para los demás.
Un Sultán Turco Otomano regresará a Turquía. Debe ser así ya que Sahib Al Zaman (el Imam Mahdi, la paz sea con él) debe recibir las Amanat (las reliquias sagradas del Santo Profeta -saaws- que están conservadas en el palacio Topkapi en Estambul) de la mano de Sultán Selim en Estambul. Éste es el secreto. Y por esa razón no quieren que el Sultán regrese; de modo modo, quien haya de venir vendrá.
Los turcos siempre pueden buscar su propio beneficio quien quiera que sea el que gobierne allí. Pero éste es el punto principal del regreso del Reinado a Trípoli. Esto significa que la Shariat de Allah regresará en el Reinado. Ésta es una invitación, si el mundo entero la acepta. Pero todos están contra la Shariat, los Árabes y los Turcos. Mentirosos son aquellos musulmanes que no aceptan el gobierno de las Leyes de Dios sobre ellos.
…
No hay un solo erudito islámico (‘alim) que hable acerca de estos asuntos de Oriente a Occidente en la nación islámica ni fuera de ella. Nadie tiene ese conocimiento. Éstas son inspiraciones, y son instrucciones de los Cielos, de parte de nuestra Cadena Dorada -el Linaje de Maestros Naqshbandis- de modo que la gente no sienta que han sido despojados de la misericordia de Dios Todopoderoso y de Su Profeta (saaws); de modo que la gente no sienta que ha sido separada de la Misericordia Divina. La Verdad debe estar siempre en el punto más elevado”.
Palabras del Maestro sufi turco-chipriota, Maulana Sheykh Nazim (qs), del 6 de abril de 2011.
Columna tradicional islámica. Tomada de Reflexiones ante nuestra época: desde la superación del nihilismo y el fracaso de la rebelión moderna
miércoles, 20 de abril de 2011
Qaddafi, Turquía y el destino de Medio Oriente
Publicado por Víctor Samuel Rivera en 16:01
Etiquetas: Imperio Otomano, Muamar Gaddafi, Sayfulfikr
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2 comentarios:
Texto bastante sesgado para mi gusto. ¿Buenos contra malos? ¿Occidente un gran ogro y Oriente su inocente victima? Un texto objetivo no olvida los pros y los contras de ambos polos. Este articulo, por el contrario, toma exclusivamente en cuenta los contras de Occidente liberal y los pros de Oriente tradicional de forma maniquea, satanizando e idealizando respectivamente, por lo cual parece más un panfleto proselitista de clara orientación antiliberal que un análisis objetivo.
Hola.
Aunque no me corresponde responder por el autor del artículo, que pertenece a la liga de Musulmanes Peruanos, creo que la idea del texto no es ser objetivo, sino dar una perspectiva desde la concepción tradicional de la política en el mundo musulmán.
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