Homenaje a Gianni Vattimo por su 79 aniversario
Dios como posibilidad buena
La experiencia humana de Dios en Gianni Vattimo (I parte)
Carlos Pairetti
Universidad del Rosario
Dios la posibilidad buena: el problema de la trascendencia horizontal
Este
trabajo de investigación intenta ensayar ciertas respuestas a la crítica que
Neldo Candelero efectúa al contenido esencial del pensamiento
filosófico-religioso de dos autores posmodernos como lo son: Gianni Vattimo y
Richard Rorty, respectivamente. Por razones de índole metodológica,
circunscribiré mi análisis a aquellos conceptos pertenecientes al pensamiento
de Vattimo sobre los que recae parte de la crítica de Candelero, como por
ejemplo: la noción de Dios como cosa en-si, el problema de lo religioso, la
cuestión vinculada a la aproximación entre historia de la salvación e historia
de la interpretación, y, finalmente, la interpretación ético-política de la kénosis y de la caridad.
El
desarrollo de la investigación constará de dos momentos, a saber: en primer
lugar, bajo el título Dios la posibilidad
buena: el problema de la trascendencia horizontal, intentaré mostrar que, si
bien para Vattimo, Dios no es algo reductible a formulaciones teológicas-dogmáticas
de ascendencia metafísica como las construidas por la doctrina de la Iglesia
católica, sin embargo, todavía es posible continuar hablando de Dios y de su
trascendencia, pero en un sentido negativo, como aquello que se muestra de espaldas
mientras que se sustrae. A partir de esta concepción de Dios como trascendencia
horizontal, discutiré las objeciones de Candelero dirigidas al problema de la posibilidad
de la experiencia mística, dado que, según el autor, con el Dios de Vattimo es
posible tener una experiencia de lo religioso, pero no mística.
En segundo lugar, en función del título La interpretación ético-política de la
kénosis, avanzaré un paso adelante respecto del primer momento de la
reflexión, subrayaré la incidencia incuestionable que tiene la Escritura en lo
concerniente a la configuración de la cultura occidental, ante lo que cabe
interrogarse: ¿por qué no podemos dejar de llamarnos cristianos? Tomando nota
de esta influencia, abordaré la compleja relación que existe entre historia de la salvación e historia de la interpretación, mostrando
que, deslindar una de otra, se torna una empresa verdaderamente problemática.
Y, como consecuencia de lo anterior, en este contexto, procuraré esclarecer lo
que señala Vattimo sobre la caridad
entendida como límite de la interpretación, una vez que, hermenéuticamente
hablando, se hace difícil ─por no decir imposible ─ establecer la diferencia
entre cosas en-sí y cosas
para nosotros, o, lo que es igual, distinguir hechos de interpretaciones,
en virtud del debilitamiento del cristianismo obrado en la kénosis.
Mi
intención en esta primera parte de la investigación es enfrentarme a las principales
afirmaciones de Neldo Candelero sobre la concepción de Dios, la esencia de lo
religioso y lo místico, efectuadas a lo largo de su crítica a la concepción del
cristianismo débil-hermenéutico propuesta por Gianni Vattimo. Para tal fin, intentaré
elucidar en oposición a la postura de Candelero, el sentido y alcance de la
defensa que hace Vattimo de la noción Dios como “Posibilidad buena”. Esta manera
de concebir a Dios se engarza de modo directo con los resultados de la puesta
en juego de la enunciación nietzscheana: “No existen hechos, sólo interpretaciones”,
que, prima face, no pareciera dejar subsistir la realidad de Dios como algo
ahí fuera ─para decirlo con una expresión acuñada por Rorty. No obstante, y
como lo intentaré demostrar, se puede continuar hablando de Dios a condición de
que éste sea despojado de los caracteres fuertes que le asigna la teología
metafísica.
En
atención a las indicaciones críticas de Candelero, intentaré a modo de ensayo
realizar ciertas aclaraciones acerca de la concepción que Vattimo tiene de
Dios, de tal manera que ─hablando metafóricamente─ se evite arrojar el agua de
la bañera con el niño dentro. Con arreglo a lo apuntado es oportuno elucidar lo
siguiente: el hecho de que Vattimo no adscriba a tomar nota de las afirmaciones
teológicas-descriptivas de ascendencia metafísica acerca de la naturaleza
íntima de Dios, de ello no se sigue que la trascendente realidad divina sea
puesta en juego, sea anulada por completo. Veamos lo que dice el autor al
respecto:
“Resisto
a la idea de hacer una teología si sólo pienso que la teología sea un discurso
descriptivo riguroso. (…) Aquello que al fin me lleva a resistir es la idea de
una teología descriptiva que diga: Dios es así y así”.[2]
Por
tanto, en este orden de cosas, si cabe hablar de Dios, sólo pareciera posible a
través de una teología negativa, y ello, porque como señala el filósofo
italiano: “Lo característico de la divinidad es aquello de no permanecer,
aquello de mostrarse sólo de espaldas mientras se sustrae, aquello de ser
constitutivamente algo que se deshace, que se abaja”.[3] Ahora
bien, si se presta atención a esta afirmación, se pueden diferenciar dos
niveles en la concepción de Dios, propuesta por Vattimo: de un lado, es toda
una alteridad, pero, del otro, es un Dios kenótico, aquel al cual hace
referencia la epístola paulina a los Filipenses en Flp. 2, 6-7. De lo que se
trata entonces, no es tanto del hecho de pensar la trascendencia de Dios en
sentido vertical, porque de ese modo, a juicio de Vattimo, todavía estaríamos
tomándolo demasiado descriptivamente, sino, antes bien, pensarla en sentido horizontal.[4] La
cuestión viene a ser la siguiente: si Dios es aquello que nosotros mismos no somos,
pero que no obstante tiene una relación con nosotros por medio de una llamada:
¿cómo puede relacionarse con lo humano si habita otro plano de la realidad? A
esta pregunta Vattimo responde afirmando que Dios no está en ninguna parte y
agrega que Jesús es el Reino de Dios en medio de nosotros haciendo referencia a
la cita de Mt. 18, 20: “Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo
estoy presente en medio de ellos”. El autor reconoce que esta posición es
peligrosamente panteística e inmanentística, pero advierte que sólo como
contrapunto de una trascendencia de tipo objetivante, dado que jamás se podría
equiparar ─salvo a través de posiciones objetivantes metafísicas─ la
inmanentización de Dios con el mundo.[5]De lo
anterior se desprende que la trascendencia de Dios no es negada, antes bien,
Vattimo la somete a una torsión o distorsión (verwindung), es decir, se reapropia de ella para redefinirla con
pretensiones antimetafísicas, con la finalidad de sortear las dificultades que
acarrea la proposición de dos órdenes diferentes de realidad, con vistas a la
comunicación entre lo divino y lo humano, entendiéndola como plano de salvación
que se contrapone a los puros eventos, o que le concede a éstos un punto de
vista diverso. “Pero ‘diverso’ no quiere decir que sea colocado ‘en alto’ o en
otro lugar”[6].
En todo caso la trascendencia se asocia con la posibilidad futura, con una
posibilidad positiva, buena. En esta línea de interpretación, Dios es, a juicio
de Vattimo, la posibilidad buena del hombre. Escuchemos como lo expresa el
autor, reconociendo, también en este caso, que su propuesta no es muy
sofisticada, pero una vez más, su intención es mantener una línea de coherencia
con lo que viene sosteniendo acerca de Dios, aún a riesgo de reducirlo a una
mera prolongación de lo humano:
“Dios
es la posibilidad buena del hombre. ¿Pero, de otra parte, esta posibilidad
buena, que me debe parecer suficientemente diversa del orden existente para ser
una posibilidad alternativa, de dónde la extraigo? (…) En ciertos aspectos de
mi pasado (del cual forma parte la Escritura) que se distinguen de otros, los
que no representan una posibilidad buena, como por ejemplo, los campos de
exterminio. (…) En suma, existe un componente escatológico en la dimensión
ontológica de nuestra existencia, una proyectualidad, la cual viene de afuera
en la medida en que no se identifica con el dato existente, no obstante, debe
ser excavada dentro de lo transmitido”[7].
Tal
vez esta manera de hablar de Dios como “posibilidad buena” suene escandalosa, fundamentalmente,
cuando se la asocia con el acto de excavar en una experiencia pasada, en lo
transmitido. Pero ¿qué es el la tradición judeo-cristiana sino un rememorar
constante la intervención de Dios en la historia de la humanidad? El hecho es
que, todo lo que la historia pasada nos cuenta acerca del accionar de Dios se
identifica con un evento en torno al cual cabe decidir, siempre a posteriori, sobre qué base se ha de
aceptar o rechazar lo acaecido, teniendo en cuenta que aquello nos alcanza como
un mensaje transmitido que nos interpela y ante el cual hemos de dar una
respuesta responsable, dado que, a su vez, también interpelará la existencia de
aquellos que nos sucederán en el tiempo y la de nuestros contemporáneos.
Como
puede notarse, entonces, en función de lo señalado hasta el momento, la
pretensión de Vattimo no pareciera reducir la realidad divina a un puro
resultado de la inteligencia humana, sino que, antes bien, consiste en permitirle
a esa alteridad que nos trascienda, al tiempo que nos permita trascendernos como
humanidad en la dirección de una posibilidad buena. Pero una posibilidad buena,
si quiere ser tal, tiene que ser susceptible de ser descifrada a partir de una
responsable interpretación vivida al interior de la comunidad cristiana, y no
algo que ha de verse, exclusivamente, bajo la luz de los tratados de teología
dogmática y de la enseñanza doctrinal de la Iglesia, en virtud de las cuales
todo aquello que cae por fuera de las rígidas fronteras del discurso teológico
descriptivo sea discriminado por aberrante.
[1]
Candelero, Neldo. Ciencia, Arte,
Religión. Observaciones filosóficas 3. “Rorty-Vattimo. Acerca de lo
religioso”. Rosario: Ciudad Gótica, 2012, pp.5-6.
[2]
Vattimo, Gianni-Dotolo, Carmelo. Dio: la
posibilità buona. Un colloquio sulla
soglia tra filosofia e teologia. A cura de Giorgio, Giovanni. Catanzaro: Rubbettino
Editore, 2009. p.5. La traducción es nuestra.
[4] Trascendencia
horizontal como contrapuesta a vertical es un término utilizado por Vattimo a
lo largo del coloquio que estamos citando para nuestra reflexión.
[5] Véase ob. cit. Vattimo, Gianni-Dotolo, Carmelo. Dio: la posibilità buona. Un colloquio sulla soglia tra filosofia e teología.
Pp.18-19. La traducción es nuestra.
[6]
Véase ob. cit. Vattimo, Gianni-Dotolo,
Carmelo. Dio: la posibilità buona. Un colloquio sulla soglia tra filosofia e teología.
p.17. La traducción es nuestra.
Arriba: Celebraciones por el Año Nuevo 2015 en Corea del Norte, cuyo Líder del Cielo es Su Excelencia el altísimo Kim III, por largos años sea su mandato!
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