domingo, 5 de agosto de 2012

La racionalidad detrás de la sociedad que escribe (II Parte)





EL NACIMIENTO DE LA TECNO-BIO-POLÍTICA Libertad, control y resistencia en las sociedades tecno-escriturales (III-2)

Jimmy Hernández Marcelo
Universidad Pontificia de Salamanca 

 La escritura implica repetición, ausencia, riesgo de pérdida, muerte; pero también es verdad que ninguna palabra sería posible sin esos valores. La escritura designa con propiedad el funcionamiento de la lengua en general, y la lengua en general sería a la vez escritura. Ambos funcionan de la misma manera, tantos los hechos del habla como los hechos de la escritura se encuadran perfectamente dentro del mismo sistema de signos en general. Se trata de mostrar que los rasgos atribuidos habitualmente a la escritura son también aplicables a la palabra hablada. Se demuestra, entonces, que todo lo que se ha predicado de la escritura cae como en un espejo también sobre el habla. Y esto no con el fin de otorgar a la escritura todas las virtudes que suelen atribuírsele al habla, ni siquiera para proclamar otras virtudes de lo escrito o celebrar sus excelencias. La escritura supone la muerte del escritor y esta muerte abre el camino a la alteridad general. La firma del autor permanece siempre en espera de otro, del destinatiario.

El logos ha abierto una herida en la alteridad, en la relación con el otro. La razón fría de Occidente, y que encuentra un excelente ejemplo en el axioma “pienso, luego existo” de Descartes han llevado al mundo del siglo XXI a los niveles de explotación y de opresión que no han sido vistos nunca antes. Racionalidad pragmática apoyada con los postulados de la ciencia. Se ha apropiado de sus teorías y esquemas y ha llevado a su máxima expresión la idea del dominio de la naturaleza. La ciencia se ha vuelto instrumento, se conoce para producir; se descubre y se pregunta sólo para transformar. Derrida inauguraría una época de una filosofía de la escritura, en contraposición a la creciente filosofía del lenguaje. Haciendo un balance crítico y postulando soluciones al conflicto y a la exclusión. Hasta este momento hemos hablado de la escritura en el logocentrismo, llamada escritura fonológica. Luego, hemos presentado la reflexión hecho por Derrida sobre una escritura originaria llamada archi-escritura. Dónde se ubica, ahora, la tecno-escritura.

En principio no es ni una ni la otra, es una nueva forma de escribir basada en un sistema matemático-escritural. No obstante, es fruto de la proyección ontológica de un cambio en las estructuras racionales de la sociedad occidental: el paso de una lógica a una gráfica. De los sesentas a hoy ha habido ciertos cambios no predichos por la lógica: la masificación de las redes sociales, la creación de identidades virtuales, los mensajes de textos, los teléfonos celulares. El Facebook, por ejemplo, aparece como un fenómeno dentro de la norma de diseño programacional. La misma idea de pro-grama (que utilizamos para el software) hace alusión a la incursión en una dinámica escritural. No estamos enteramente conscientes del cambio, pero éste ha significado modificaciones significativas en nuestro modo de vivir, pensar y actuar que merecen una reflexión seria. ¿Cuál es la racionalidad detrás de la tecno-escritura? Derrida creía que la revaloración de la escritura en el centro de la ontología social tendría como consecuencia la ruptura de las oposiciones identitarias y las posturas hegemónicas en el terreno de lo ético y lo político. Sin embargo, era necesario una real, consciente y responsable apuesta por la alteridad, por los oprimidos y marginados, sólo en esta dinámica ha de entenderse la primacía de lo ético sobre lo ontológico en Derrida.

 El realismo deconstructivo significa, pues, la mirada directa y objetiva al que sufre la opresión en el mundo real. Si algo es real, no es la jerarquización, ésta es solo conceptual y construida socialmente, lo real es el acontecimiento mediante el que lo otro es excluido de cualquier postura discursiva. Cuando Derrida invierte los opuestos binarios y hace posible una nueva lectura de la relación de oposición, no elimina los términos de la estrategia deconstructiva, de allí que MaurizioFerraris la compare con la dialéctica hegeliana. Lo que se trata de hacer es un esclarecimiento reflexivo de tipo psicoanalítico,  presentado como una emancipación de tipo ilustrado, es decir como una liberación respecto de los prejuicios morales. Muestra que la represión no es histórica, sino estructural. Por eso, además, la deconstrucción presenta un principio indeconstruible: la justicia. Lo que se busca es hacer justicia a la represión violenta, a la marginación injustificada, al olvido del otro, a la omisión de las diferencias, a la anormalidad de lo diferente.

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